lunes, 31 de agosto de 2009

Tres días después

Cuando no puedo moverme, lo gris y la luz no importan y el aislamiento es un tambor de lata que martillan sin ningún ritmo, vuelvo a vos, hermana. Vuelvo a los pocos abrazos que te robo, a los palos de escoba que eran los micrófonos de nuestra música en libertad, a tus patadas voladoras de rubena peuchela, a tu momia justiciera, a nuestros tres chiflados "¿dale que vamos por el cordón de la verda y de un lado hay cocodrilos carnívoros y del otro hay elefantes devoradores de piernas?"
Cuando no puedo moverme porque me duele y me duele, mi dios hasta cuándo, hasta cuánto, no hay lugar en la casa ni dentro de mí, no hay víscera ni rincón, no hay cariño ni dulce voz, no hay consuelo ni recuerdo que me devuelvan (que te devuelvan) lo que ya perdimos las dos.

lunes, 17 de agosto de 2009

¿y si no vuelan las mariposas?

Ay, hermanita, cómo me gusta y me duele tu risa. ¿Está mal que me avergüence de vos? ¿O que quiera protegerte y llenarte de mariposas de colores, de pingüinos que se emborrachan y saludan a sus pintores y coloreadores desde el papel? ¿Cómo atravieso las miradas atónitas frente a tu túnica azul, a tus carcajadas fuera de tono, a tus dientes gastados que no querés embellecer? ¿cómo llego a tu alma que se duele, que vaticina el fin del mundo, que lucha contra la desgracia del mundo?
A veces quiero ser más chiquita que vos pero no hay caso... siempre me ganás.