martes, 29 de marzo de 2011

Tu botella al mar

Navega sola hacia ninguna parte, en el desierto de la hartura, mar puro riesgo. La tomo en mis manos (te tomo en mis manos) para que se desarme, se deshaga, se deshilache. Ya no sé cómo volverte botella otra vez, ni qué mensaje llevabas. Apenas recojo los pedacitos de vidrio para que me lastimen menos, tarea inútil.
Yo sé que algún día te vas a ir (¡tanto lo pedís!), a ese lugar que es tu paz y mi tragedia. También sé que ese día me voy a convertir en otra botella al mar, desarmada para siempre, sin manos que me agarren, pura lastimadura que nunca va a dejar de doler.