sábado, 24 de agosto de 2013

Un año después

Cerquita estás, hermana, cerquita. Hocico frío y húmedo de animalito triste pero con algo de aliento, al costado, a la sombra, con tu respiración agitada y ronca.
Allí te veo o te intuyo. Así nos conectamos: recostadas las dos en una playa de ensueño. Yo, con mi sol. Vos, con tu sombra. Cada vez más lejos en esta cercanía que es un manotón de ahogado, que es hacer "algo" aunque sea. Yo finjo que todo está bien y vos sabés qué grande es ese esfuerzo así que vamos adelante. Así, tibias las dos, blanditas, suaves, eternas.