martes, 30 de septiembre de 2008

Hoy me dijo que ayer, hoy

Mi hermana, ella, ayer me dijo que no daba más. Lloraba y no daba más mientras me decía que tenía el peso del mundo sobre sus hombros. Y mientras lloraba el mundo pesaba y ella intentaba no ya deshacerse de él sino sostenerlo. "¿cómo les explico?" lloraba y preguntaba, decía mientras me dejaba sin palabras. Claro, un mundo... sostener un mundo pensaba yo que apenas puedo cargar mis bolsas del Coto y subir dos pisos por escalera. Claro, me decía yo mientras ella esperaba de mí una solución. Ya va a pasar, me decía y le decía a mi hermana. Ya va a pasar me decía y no me lo creía. No va a pasar, es la realidad. No pasa. Sigue. Esa es la realidad. Sigue porque esa es su realidad. Ayer me dijo pero hoy me dijo que estaba mejor que ayer aunque las voces la dejaron y sólo dejaron a su paso nada menos que el peso del mundo. "Entonces no pasó", pensé para mí. "Es igual que ayer", pensé. Sin embargo, para mi hermana ayer no es como hoy y hoy no es como ayer porque ayer cargaba el peso del mundo y hoy aprendió que su vida ahora es así: es con el peso y con el mundo.

lunes, 29 de septiembre de 2008

Presentación ¿quién es mi hermana?

Mi hermana dice que su color es el verde. A veces el amarillo o el celeste. Es entonces cuando compra plasticolas con brillitos de los colores más suaves y rellena las orejas de Dumbo, la cola de Bambi, el hocico del Rey León.
NUNCA (por favor, nunca!!!) los colores rojo o marrón. Pero sobre todo, NUNCA el negro.
Mi hermana llora, se acongoja y dibuja mucho. Atravesada atraviesa los espacios entre un ahora que no es y un pasado que es de mil años. Y mientras dibuja con sus pinturitas, niña vieja de 50 años, se abandona cruelmente a sus pesadillas de ojos despiertos, resignada, feliz, dolorosamente, atravesada traviesa de cuchillos que la perforan desde la coronilla hasta los genitales. Toda ella dolor interminable, santo. Toda ella atravesada traviesa de dolor santo, interminable.
Así es ella. Así es mi hermana.

viernes, 19 de septiembre de 2008

Esto le esribí hace mucho

Una mujer, que fue hombre, que fue ave, que fue lámpara, que fue cardumen, que fue heleno y etrusco, que peleó en las Cruzadas, que escupió la última sangre con sus pulmones negros, que llevó y trajo consigo la desgracia.
A orillas del mar, fui violada por mi padre mientras mi madre nos miraba.
La tercera en discordia por honor y gracia de mi maldito estigma.
La otra que soy en el espejo se retuerce en la baba de su lástima mientras me abren el cráneo en el quirófano.
Quienes me rodean se apoderaron de mi clavícula, de mis ovarios enfermos, de mis vísceras.
Hacia atrás y hacia adelante los caminos que parecen infinitos son uno solo.
Del otro lado del círculo –suponiendo que fuera capaz de traspasarlo- me espero para darme la recompensa por los hijos que jamás salieron de mi vientre y por los hombres que no disfrutaron de mi cuerpo.